Gran enseñanza y técnica en todo nivel. Max es un excelente maestro, tanto por el tema de guía filosófica que da para la vida como en técnica de pelea. He practicado en distintas academias y la técnica de golpeo o kime que aplica Max no tiene comparación. Golpear sin esfuerzo y tensión es uno de mis objetivos; manejar la respiración y que los golpes hagan daño sin tanta fuerza, eso es lo que predomina acá! Un abrazo y respeto para la academia.
Entrené 3 meses en MaxArt y ahora lo he retomado pues me gusta mucho la forma de enseñanza que tiene nuestro maestro Max donde no sólo te enseña la parte técnica sino también la espiritual. Lo que me hizo volver es que se aprende rápidamente, pues en esos meses pude notar un cambio notable en mi técnica y en mi disciplina en general.
Estoy orgulloso de ser alumno de Max Aranda, el trabajo de Max no sólo me ayudó a aprender un arte marcial con responsabilidad sino a desarrollarme mentalmente como profesional y líder de equipos, generando confianza y seguridad en los momentos importantes de mi carrera que permitieron lograr mis objetivos profesionales y personales.
Estudié artes marciales con Max hace ya algunos años bajo una recomendación de sus habilidades no solo como deportista sino como entrenador. Sinceramente fue el mejor entrenamiento tanto físico como mental que tuve, después de algunos años no solo había mejorado físicamente (fuerza, agilidad, velocidad, técnica) sino que también mentalmente (confianza en mí mismo, mentalidad positiva, etc.)
Max no solo es un deportista de clase A, sino que tiene la experiencia adecuada para ser un maestro/guía/mentor. Es extremadamente estricto, pero sabe, incluso mejor que uno mismo, tus límites y se encarga de llevarte hasta el máximo.
Técnica excelente y sobretodo un buen maestro. Clases personalizadas adecuadas a las necesidades de cada uno, 100% recomendable.
Max es un excelente profesional, coach y deportista. Una persona carismática, muy eficaz y directo. Tiene un ojo para los detalles y una gran capacidad de análisis, teniendo la destreza de determinar tus puntos de mejora como también tus fortalezas. Dándote las herramientas para desarrollar completamente tus fortalezas y minimizar o desaparecer cada punto de mejora, sesgado por limitaciones mentales que no te daban la facilidad de visualizar tu máximo potencial y todo lo que podías lograr. Es un gran mentor, amigo y maestro que se preocupa no solo por tus competencias físicas, sino también por las cognitivas y espirituales. Por lo que, te ayuda a superar cualquier obstáculo que tengas enfrente, haciendo que te conozcas a ti mismo, todas las habilidades que tienes y puedes desarrollar. Lo recomiendo en un 100%.
Conozco a Max desde hace más de 15 años y tuve la suerte de compartir con él algunas actividades deportivas y ser parte de un grupo selecto en donde él nos impartía todo su conocimiento en las artes marciales. Eran épocas en donde no se hablaba del coaching o mentoring, sin embargo, gracias a sus enseñanzas logró contribuir de manera significativa al desarrollo de competencias importantes en mí y que me sirven hoy en día no sólo en el ámbito laboral sino principalmente en lo personal. Me enseñó lo importante que es ser una buena persona, me dio pautas importantes de liderazgo, control, confianza, estabilidad, responsabilidad, respeto, entre otras cosas de lo cual estoy muy agradecido.
Cuando conocí a Max, en mi primera experiencia en las artes marciales, hubo algo que me llamó la atención: al final de cada clase, nos sentábamos todos en círculo y él nos hacía participar de una breve reflexión. La charla era corta, pero genuina; las palabras eran sencillas, pero tremendamente inspiradoras. Había algo en la forma en la que canalizaba su energía que nos mantenía enfocados a todos. Y al regresar a casa, las palabras generaban realmente una reflexión sincera en cada uno de nosotros sobre cómo estábamos viviendo nuestras vidas respecto a cómo queríamos vivirlas.
No he tenido aún el privilegio de gozar de sus sesiones de coaching pero es una experiencia de la que no me pienso privar. Le agradezco enormemente tanto la dedicación en sus enseñanzas marciales, como las que nos dejaba como seres humanos, las cuales las hacía por pura voluntad pues, creo yo, que esa siempre fue su mayor satisfacción: mejorar la calidad vida de otras personas.
